lunes, 16 de junio de 2008

El incidente


M. Night Shyamalan, tiene la virtud para unos (entre ellos, un servidos) la irritante costumbre para otros, de desmontar las espectativas que suelen provocar sus películas, por lo general, con puntos de partida terriblemente interesantes. En este sentido, "El incidente" no defraudará sus fans o si lo prefieren, volverá a provocar iras encolerizadas a sus detractores. Con "el incidente", Shyamalan ha hecho algo francamente difícil que no obstante, creo yo, tiene un honorable precedente. Imagino que todo el mundo recordará aquella sublime escena de "Con la muerte en los talones" en la que Cary Grant era perseguido por una avioneta en campo abierto. Como recordará el buen aficionado, las intenciones de Alfred Hitchcock cuando filmó aquella escena era la de filmar una típica escena de suspense pero desnudándola de sus herramientas típicas, descontextualizándola y situándola en un entorno, en principio, opuesto a las intenciones del momento. Pues bien, eso es, creo yo, lo que ha hecho M. Night Shyamalan con "El incidente", una película de terror desnuda.

Sin las herramientas propias del género, M. Night Shyamalan nos propone en "El incidente" penetrar en la raíz misma del miedo, pero de una forma pausada y sutil, sin golpes de efecto ni sustos inútiles. Aniquilando la voluntad del individuo y extirpando su instinto natural por la supervivencia, Shyamalan penetra en un doloroso universo de muerte y extinción. Y todo alejado de monsturosas apariciones o sombras amenazantes, de hecho, casi todo el film trasncurre a plena luz del día y al aire libre.

Filmada con su habitual maestría, consiguiendo algo, que rara vez se consigue, que no se note la presencia de la cámara, Shyamalan parece ir configurándose poco a poco como el más exquisito narrador de Hollywood. Con templanza, con un envidiable sentido del ritmo, filmando siempre en función del montaje y todo para dar rienda suelta a propuestas hilarantes a veces, pero siempre aterradoras y generalmente universales. Un cineasta más preocupado por el hombre de su tiempo, que por recordarnos una y otra vez que somos nada y en nada nos convertiremos. Night prefiere aleccionarnos en el mundo real en el que vivimos, ese en el que habitan cosas ordinarias con otras extraordinarias, siempre y cuando sabemos cómo y dónde mirar.
Y emulando a esa infravolarada aunque en el fondo desigual película de Paul Verhoeven titulada "Starship Troopers", ¿desea saber más?: http://miradas.net/2008/n75/actualidad/elincidente.html. Es un artículo mio sobre la peli. Algo más extenso que esta reflexión en voz alta aunque en esencia, venga a decir lo mismo y eso si, algo más, espero que interesante.

5 comentarios:

Antonio Rentero dijo...

Yo lo siento, pero esta vez Shyamalan se me ha quedado incluso mas descafeinado que en "La chica del agua", y bueno, por no hablar de los actores que están flojitos flojitos.

Con todo lo que me puso autenticamente los pelos de punta fue todo el segmento de la vieja solitaria... creo que da para hacer una peli de miedo pero de las que te cagas en los putos gayumbos.

Hablando de miedo... ¿has visto "La niebla" de Darabont? ¿Y qué coño haces entonces escribiendo estas majaderías? SAL CORRIENDO AL CINE!!!

:-)

Ramón Monedero dijo...

Ejem..., esto..., no,es que..., no he podido, en fin...

Athena dijo...

Pues yo sí que me pegué algún susto que otro. Y creo que se pasa usted comparando la escena de la avioneta con esta película. Cary Grant no necesita decir nada para que sea interesante y tenga suspense, mientras que a los de "El incidente" más les valdría callarse, porque para decir las chorradas que dicen... Se nota que la película me resbaló, ¿verdad?

Miguel Ángel Hernández dijo...

Amadísimo Ramón, no he visto en los 31 años que tengo cosa más mala y peor rodada que El incidente. Eso sí estoy de acuerdo con lo del terror minimalista. Como decía Mies van der Rohe, menos es más. Más mala que un dolor.

Mira que siento ser tan expeditivo, pero me parece una peli llena de fallos garrafales. Fallos que un director con su trayectoria no podría cometer. Lo que más me llama la atención es esa necesidad de pararse para hablar que hace que la película se frene en seco cada vez que alguien habla. El día que explicaron la diégesis, este señor estaba en el lavabo.

Ramón Monedero dijo...

Ante todo, corroborar que me hace mucha ilusión que os hayais aventurado a visitar mi humilde blog. Tanto a Athenea como al bueno de Miguel Ángel. Al segundo le digo que charlar sobre Shyamalan (que a mi me parece el mejor director que ha dado el nuevo Hollywood) daría un ratito, de todos modos admitir que si, que es cierto, que en ocasiones Shyamalan se atreve a interrumpir el suspense para poner a los personajes a hablar, pero aunque no siempre le salga bien, es también un ejercicio de verdadera valentía y la valentía, como tal, anda muy escasilla por Hollywood.